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Josefa Martínez Torres nació en Ponce entre 1862-1863 aproximadamente. Su madre se llamó Carmen Torres y su padre, Román Martínez. Desde su nacimiento estuvo enferma de la vista. A los dos años perdió uno de sus ojos y quedó completamente ciega a los ocho y huérfana de madre a los diez u once, a raíz de lo cual permaneció al cuidado de una hermana. En septiembre de 1879, comenzó a frecuentar un centro espiritista. Según la prensa espiritista, se quedaba dormida con mucha frecuencia en las sesiones espiritistas y fuera de ellas. Su sueño era en estado de sonambulismo, que es lo que hoy día se conoce como trance hipnótico. Cuando Martínez Torres estaba en dicho estado cantaba, reía y bailaba, lo cual llamó la atención de Manuel de Jesús Morel y Pastor, un ponceño que, en 1869, empezó a ejercer el cargo de escribano en el pueblo de Coamo. En 1875, residía en el barrio 1ro. en Ponce, era soltero, de 38 años y tenía propiedades. En 1883, era el dueño del Establecimiento Tipográfico de M. J. Morel que, con mucha probabilidad, es la que se llamó imprenta de Morel. Según la prensa espírita española, Morel y Pastor se percató de que la joven era víctima de un espíritu obsesor. Según la doctrina espiritista, las obsesiones son el producto del dominio de un espíritu sobre un médium. Morel y Pastor ayudó a Martínez Torres a darle un giro acertado a su situación de manera que pudo desarrollar la mediumnidad auditiva. De esta manera, aparentemente, dictaba lo que los espíritus le decían…
— Dr. Gerardo Alberto Hernández Aponte
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Escritora, espiritista y activista anticlerical, Francisca Suárez González perteneció a la primera promoción de espiritistas puertorriqueñas; un grupo de mujeres educadas, activas en el estudio y en la experimentación espírita. Hija de Antonio Suárez y Rafaela González, natural de San Thomas, Suárez era ciega, pero recibió la primera educación de su madre, quien ejercía la profesión de obstetricia, aunque vivían modestamente. Como Agustina Guffain, Simplicia Armstrong de Ramú y Dolores Baldoni, perteneció a la junta editorial de El Iris de Paz, una revista espírita dirigida por Guffain que se publicó en Puerto Rico entre 1899-1912. Francisca Suárez se destacó por la publicación de dictados de ultratumba. Era médium semimecánica y sus obras, publicadas en Puerto Rico, se difundieron por toda la Isla gratuitamente en apoyo de la propaganda espírita. Suárez estudió y practicó el Espiritismo kardeciano. Absolutamente defendió el valor y la dignidad de los pobres y de las mujeres y se entregó con ardor a la parte experimental del Espiritismo. Ayudó a sostener y a transformar la sociedad puertorriqueña durante la transición colonial de España a los Estados Unidos, ofreciendo una visión esperanzadora que se basó en una moral espírita, racional y equitativa. Con su literatura y escritura periodística produjo un contra-discurso donde la mujer desempeña un rol protagónico que prometía transformar los espacios donde la sociedad puertorriqueña producía sus leyes y sus normas: en la casa, la Iglesia, y el estado…
— Dra. Clara Román-Odio
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Ilustrada escritora, activista y espiritista puertorriqueña, Simplicia Armstrong Márquez de Ramú nació en la ciudad de Ponce en 1863. Hija de Tomás Armstrong, un inglés protestante que falleció cuando la niña tenía apenas cinco años, y de Ramona Márquez, madre católica que la dejó huérfana a los trece y a cargo de un hermano de nueve, Armstrong de Ramú dedicó su vida a la lucha por la emancipación de la mujer puertorriqueña. De pensamiento original y complejo, analizó a una sociedad servida estructuralmente por el patriarcado, la misoginia y el fanatismo religioso, concluyendo que sólo la mujer, encargada por la tradición de formar la conciencia de las nuevas generaciones, podía efectuar los cambios necesarios para abrirse campo en el espacio público; que sólo ella misma, en solidaridad con otras mujeres y hombres emancipados, podía liberarse. El Espiritismo la condujo a adueñarse de su propia conciencia y a utilizar el librepensamiento que demanda la razón para lograr una emancipación moral e intelectual que no se alimentara de reglas, tradiciones, o costumbres. Repensó tanto los roles de género como la domesticidad y adoptó una espiritualidad espírita que le permitió abordar la experiencia del oprimido con un profundo sentido de caridad y de justicia…
— Dra. Clara Román-Odio
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La espiritista María Agustina Guffain Lanzó de Doittau fue una pionera infatigable con una visión y una pasión por el cambio social, y, aún más importante, fue una mujer con una enorme devoción por su familia. A principios del siglo XX, Agustina Guffain fue considerada una de las líderes más influyentes de su tiempo.
El perfil de la vida de Agustina que emerge de documentos históricos de su familia, su literatura, y noticias, aunque incompleto, revela algunas de sus experiencias personales. También muestra las influencias más importantes de su sistema de creencias y su profunda dedicación al Movimiento Espiritista en el Puerto Rico de esa época.
Su juventud
Agustina Guffain nació el 24 de abril de 1863 en Mayagüez, Puerto Rico. Fue la tercera hija de los franceses Pedro Bruno Guffain Rebollé y Juana María Celestina Lanzón de Vernoes. Sus padres llegaron a Puerto Rico en la década de 1840, durante un período de tremendo desarrollo económico y eventualmente se establecieron en Mayagüez…
— Dra. Michele R. Hewlett-Gómez, Bisnieta
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Juana Baldoni Pérez fue una médium medicinante o consultiva o, como lo explica Allan Kardec, servía de intépretes a los Espíritus para las prescripciones medicinales. Estudiosos del espiritismo kardeciano aseguran que Juana fue una de las mejores médiums del país en aquella época. Fue también una médium parlante y, de hecho, muchas de esas comunicaciones con los Espíritus fueron publicadas en periódicos de la época. Juana se comunicaba con los Espíritus y su hermana Lola, la escritora, tomaba las notas.
Juana fue la primera hija del matrimonio de Eduardo Baldoni y Dolores Pérez, una familia libre pensadora que profesaba la doctrina espiritista en la Isla. Residían en Arecibo, pero un fuego ocurrido en 1890 destruyó la casa familiar y se trasladaron a Utuado, pueblo de montaña donde fijaron residencia en el centro urbano, en la calle Betances…
—Dra. Sandra Enríquez Seiders
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Educadora, espiritista, y miembro de la asamblea municipal de Vega Baja, Brígida Álvarez Rodríguez nació el 8 de octubre de 1868 en la ciudad de Ponce. Hija de Salomón Álvarez Domenech y Carmen Rodríguez López, creció dentro de un ambiente convulsionado. El siglo XIX llegaba a su fin y movimientos revolucionarios se desataron en la Isla con el propósito de independizarse de España. Las ideas espiritistas kardecianas, contrarias a la Iglesia Católica, comenzaban a ganar adeptos dentro de la élite intelectual y liberal del país. Su padre, Salomón Álvarez, fue uno de esos intelectuales que desafiaron el gobierno por sus políticas anticatólicas y anticlericales…
—Dra. Sandra Enríquez Seiders
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Dolores (Lola) Baldoni, escritora, activista y espiritista puertorriqueña de finales del siglo XIX, fue nieta de Luis Baldoni, un oficial francés que, huyendo de una terrible matanza en la República Dominicana, se estableció en Puerto Rico a finales del siglo dieciocho. Lola fue la segunda hija del matrimonio de Eduardo Baldoni y Dolores Pérez, una familia libre pensadora y anti-española, que profesaba la filosofía espirita. Residían en Arecibo cuando un fuego ocurrido en 1890, destruyó su residencia y tanto Lola como sus cuatro hermanas, Juana, Genoveva, Isabel y Ángela, se vieron obligadas a mudarse al pueblo de Utuado donde vivía su único hermano, Luis, quien era dueño de una pulpería. Para entonces, de unos veinte años, escribía y recuerda en su libro Impresiones (1894) la destrucción de su casa paterna…
— Dra. Sandra Enríquez Seiders
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Acercarnos a una mujer que aportó al desarrollo de la historia del pensamiento espiritista puertorriqueño es una tarea desafiante. Mucho más cuando se trata de una mujer conocida como líder obrera y teórica feminista de principios del siglo veinte, época en que pocas mujeres puertorriqueñas se planteaban la necesidad de cambios sociales y políticos.
La arecibeña Luisa Capetillo Perón no sólo tomó posición frente a los esquemas sociales de la época, sino que postuló un pensamiento espiritista y analizó la sociedad y sus acontecimientos desde esta perspectiva filosófica. La investigadora Norma Valle Ferrer es la principal biógrafa puertorriqueña de Luisa Capetillo, quien ha realizado una extensa búsqueda de los datos de su vida y obra. También Julio Ramos, ha contribuido con su investigación y reedición de algunos textos, a entender las ideas de Luisa Capetillo…
— Dra. Carmen A. Romeu Toro
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Guillermina Massanet Rivera, nació en el pueblo de Arroyo en el año 1892. Su padre fue Don Pedro Massanet, un comerciante natural de España, y su madre, Felipa Rivera, ama de casa del pueblo de Patillas, Puerto Rico. Guillermina fue educada en el seno de una familia de grandes cualidades y altos principios morales. De joven se trasladó a San Juan e ingresó a la Universidad de Río Piedras, Puerto Rico donde obtuvo un bachillerato en Educación.
Su carrera como maestra, la llevó a trabajar en diferentes pueblos (Guayama, Patillas, Cataño, Arroyo y San Juan). Fue precisamente en Guayama donde, el 2 de julio de 1914, contrajo matrimonio con el Sr. Benigno Fermaintt Oquendo, tenedor de libro y mecánico, natural del pueblo de Carolina, Puerto Rico. Producto de ese amor nacen cuatro hijos, tres hembras y un varón. El niño y una niña fallecieron siendo pequeños. Su esposo Benigno Fermaintt falleció el 12 de junio de 1966…
— Nydia E. Lozada
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Espiritista, comerciante y asambleísta municipal de San Sebastián, Clara Cardona Cardona nació el 1 de junio de 1906. La tercera hija de Juan Antonio Cardona Y Lugo y Vitalia Cardona Genister, creció dentro de una extensa familia católica que vivía de la agricultura. Contrajo matrimonio con Juan Gergorio Román Santiago II, agricultor y comerciante, tuvo ocho hijos y adoptó seis. Mujer polifacética y emprendedora, logró montar un taller de costura y bordado, durante un periodo de auge de la industria de la aguja en la Isla, y establecer uno de los primeros supermercados de su pueblo, el Superete Hostos, devastado en un incendio en 1970. Cuando quedó viuda, en 1964, manejó el cultivo de las tierras que antes manejara su esposo, Juan Gergorio, sembradas de caña de azúcar y frutos menores. Clara Cardona desarrolló una obra espiritista por más de cuarenta años, integrando una visión emancipadora e igualitaria del ser humano que se nutrió de la mediumnidad y de las leyes morales del Espiritismo…
— Dra. Clara Román-Odio
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